Las sonrisas del nuevo rostro ubicado en la Casa Blanca, sus promesas de cambio y hasta los honores internacionales que le han sido conferidos sin fundamentos sólidos, son apenas una cortina que para muchos ya apenas cubre la amarga realidad. Y es que tras las apariencias, los fines hegemónicos del imperio no han cambiado.
Las guerras de conquista petrolera y despliegue geopolítico en Afganistán e Iraq no ceden. Admitamos que la nueva administración siempre habló de enfatizar el esfuerzo bélico contra los talibanes, pero al propio tiempo ofreció salir rápidamente de suelo iraquí.Click leer mas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario