REGIÓN DE MURCIA "Satisfacción" en el Foro Social porque el Gobierno regional no acuda finalmente a la manifestación por el empleo 28.03.09 - 19:16 – La verdad Ver+ EP | MURCIA
Jajajajajajajajajajajajajaja. De verdad, me meo con los argumentos,razonamientos las espectativas. Lo que hacéis ya lo ha hecho Venezuela y no le ha ido muy bien...¿no?
De verdad o de mentira, te puedes mear o cargar, ese es tu problema. "superar el capitalismo y la guerra, por otro modelo económico y social donde la gente pueda vivir en paz y trabajar con dignidad". Sin no te gustan nuestros “razonamientos las expectativas”. Sentimos nos contar contigo. Con respecto a lo hecho Venezuela, nosotros celebramos sus conquistas sociales y felicitamos al pueblo de Venezuela por sus avances. Pero nos somos los más indicados para responder, creo que es un asunto de ellos, a ellos te puede dirigir o en su defecto a su embajada, ¡Gracias por tu comentario!
El proceso venezolano actual, que las palabras dejan pasar rápido, significa cambios esenciales, de estructura. Ahora no hay en Venezuela ningún tipo de comunismo, que tanto aterra a tantos tan tontos, por lo general, en un aspaviento premeditado y engañoso. Tampoco hay socialismo o algo acabado que se le parezca. Rastros hay en la arena y pasos van añadiéndose. Se arman las bases de un sistema social nuevo, adecuado al propio país y a los tiempos actuales: Socialismo del siglo XXI. Una causa en construcción, un sentido en pesquisa, unos propósitos a cuyo lomo apunta la flecha.
Empresas esenciales para la economía del país han pasado a manos del estado, o, por lo menos, han quedado bajo su control accionario. Algo más que significativo en ese largo camino de cortarle el paso al capital privado y a las trasnacionales, en aspectos estratégicos para la economía del país. Petróleo, siderurgia, cemento, telefonía, energía, entre otros recursos y servicios han sido nacionalizados mediante la adquisición consensuada de las empresas. Una decencia costosa para un gobierno ceñido a las reglas de juego constitucionales, que, sin embargo, es acusado de irrespetar la propiedad privada, algo tan elogiado y sacro, que tiene rabo de paja en el modo insano con el que se hizo de ambas cosas: propiedad y privada.
Ha comprado Venezuela, dólar sobre dólar, lo que le había sido robado, o arrebatado en trapisondas, o vendido a huevo con la aquiescencia de la corruptela criolla. Pero la voracidad capitalista queda insatisfecha. Se varían, digamos, las proporciones injustas para el país y los términos desfachatados de las concesiones de las empresas básicas petroleras en la Faja del Orinoco, y las transnacionales Exxon-Mobil y Conoco-Phillips ponen el grito en el cielo y sus yupis se rasgan las vestiduras. Y las cosas están tan patas arriba que los aullidos apenas menguan cuando una corte británica, en un juego de espanto que metía en un congelador “preventivo” una fuerte suma de activos de la estatal petrolera, falla a favor del estado venezolano.
"Something is rotten in the state of Denmark", dice Marcelo en el Acto 1 del Hamlet. Y no sólo hay algo podrido en Dinamarca, sino en medio mundo, para no exagerar. Si no, cómo se explica que el ladrón exija indemnización al atracado, el usurero clame justicia a los cielos, el asesino acuse a la víctima de insubordinación indebida, o que los Estados Unidos de América crean que la República Bolivariana de Venezuela les va a creer el cuento chino de que no hay trampa en su ayuda contra las drogas, contra el terrorismo, por la democracia en Colombia, por la seguridad en el Caribe, por el desarrollo de la región.
Venezuela avanza en transformaciones valiosas, que señalan un nuevo rumbo, unidas a los avances considerables en sectores como la educación y la salud. Pero más allá de los logros importantes en estas y otras materias, que benefician de modo directo a las poblaciones usualmente menos atendidas, hay que destacar los conseguidos en el desarrollo y el fortalecimiento de nuevas dinámicas de participación, organización y construcción social. Son consecuciones que marcan un progreso evidente de las comunidades, para elegir, determinar y proyectar su destino, y que está en los prolegómenos para afianzarse como pueblo. Tres íes esenciales: interrelación, interacción e interdependencia, a las que se añaden de la mano las tres erres machacadas por el presidente Chávez: revisión, rectificación y reimpulso.
Jajajajajajajajajajajajajaja. De verdad, me meo con los argumentos,razonamientos las espectativas. Lo que hacéis ya lo ha hecho Venezuela y no le ha ido muy bien...¿no?
ResponderEliminarDe verdad o de mentira, te puedes mear o cargar, ese es tu problema.
ResponderEliminar"superar el capitalismo y la guerra, por otro modelo económico y social donde la gente pueda vivir en paz y
trabajar con dignidad". Sin no te gustan nuestros “razonamientos las expectativas”. Sentimos nos contar contigo.
Con respecto a lo hecho Venezuela, nosotros celebramos sus conquistas sociales y felicitamos al pueblo de Venezuela por sus avances.
Pero nos somos los más indicados para responder, creo que es un asunto de ellos, a ellos te puede dirigir o en su defecto a su embajada, ¡Gracias por tu comentario!
El avance, la búsqueda
ResponderEliminarEl proceso venezolano actual, que las palabras dejan pasar rápido, significa cambios esenciales, de estructura. Ahora no hay en Venezuela ningún tipo de comunismo, que tanto aterra a tantos tan tontos, por lo general, en un aspaviento premeditado y engañoso. Tampoco hay socialismo o algo acabado que se le parezca. Rastros hay en la arena y pasos van añadiéndose. Se arman las bases de un sistema social nuevo, adecuado al propio país y a los tiempos actuales: Socialismo del siglo XXI. Una causa en construcción, un sentido en pesquisa, unos propósitos a cuyo lomo apunta la flecha.
Empresas esenciales para la economía del país han pasado a manos del estado, o, por lo menos, han quedado bajo su control accionario. Algo más que significativo en ese largo camino de cortarle el paso al capital privado y a las trasnacionales, en aspectos estratégicos para la economía del país. Petróleo, siderurgia, cemento, telefonía, energía, entre otros recursos y servicios han sido nacionalizados mediante la adquisición consensuada de las empresas. Una decencia costosa para un gobierno ceñido a las reglas de juego constitucionales, que, sin embargo, es acusado de irrespetar la propiedad privada, algo tan elogiado y sacro, que tiene rabo de paja en el modo insano con el que se hizo de ambas cosas: propiedad y privada.
Ha comprado Venezuela, dólar sobre dólar, lo que le había sido robado, o arrebatado en trapisondas, o vendido a huevo con la aquiescencia de la corruptela criolla. Pero la voracidad capitalista queda insatisfecha. Se varían, digamos, las proporciones injustas para el país y los términos desfachatados de las concesiones de las empresas básicas petroleras en la Faja del Orinoco, y las transnacionales Exxon-Mobil y Conoco-Phillips ponen el grito en el cielo y sus yupis se rasgan las vestiduras. Y las cosas están tan patas arriba que los aullidos apenas menguan cuando una corte británica, en un juego de espanto que metía en un congelador “preventivo” una fuerte suma de activos de la estatal petrolera, falla a favor del estado venezolano.
"Something is rotten in the state of Denmark", dice Marcelo en el Acto 1 del Hamlet. Y no sólo hay algo podrido en Dinamarca, sino en medio mundo, para no exagerar. Si no, cómo se explica que el ladrón exija indemnización al atracado, el usurero clame justicia a los cielos, el asesino acuse a la víctima de insubordinación indebida, o que los Estados Unidos de América crean que la República Bolivariana de Venezuela les va a creer el cuento chino de que no hay trampa en su ayuda contra las drogas, contra el terrorismo, por la democracia en Colombia, por la seguridad en el Caribe, por el desarrollo de la región.
Venezuela avanza en transformaciones valiosas, que señalan un nuevo rumbo, unidas a los avances considerables en sectores como la educación y la salud. Pero más allá de los logros importantes en estas y otras materias, que benefician de modo directo a las poblaciones usualmente menos atendidas, hay que destacar los conseguidos en el desarrollo y el fortalecimiento de nuevas dinámicas de participación, organización y construcción social. Son consecuciones que marcan un progreso evidente de las comunidades, para elegir, determinar y proyectar su destino, y que está en los prolegómenos para afianzarse como pueblo. Tres íes esenciales: interrelación, interacción e interdependencia, a las que se añaden de la mano las tres erres machacadas por el presidente Chávez: revisión, rectificación y reimpulso.