domingo, 2 de agosto de 2009

Honduras: el estado del golpe


Germán Ojeda

Hace ahora un mes los oligarcas civiles y militares hondureños dieron un golpe de Estado contra el presidente constitucional Manuel Zelaya. A pesar del rechazo unánime de la comunidad internacional; a pesar de las sanciones diplomáticas y económicas impuestas al país; y a pesar de las movilizaciones sociales, los golpistas siguen en el poder, tratando de ganar tiempo y de explicar al mundo que la expulsión de Zelaya de la presidencia no fue un golpe de Estado, sino un golpe “técnico” –podrían haberlo llamado también “cientifico”– porque, como acaba de declarar el máximo general Romeo Vásquez: “Sino los militares estaríamos en el poder”.

El militar dijo más, dijo que el Ejército actuó dentro de la ley obedeciendo órdenes de la Corte Suprema, que a su vez anuló la decisión del presidente Zelaya de hacer una consulta para una posible reforma constitucional; que a su vez respondió a una demanda de la mayoría del Congreso para revocar el poder presidencial; que a su vez nombró jefe de Estado al presidente de la Cámara, Roberto Micheletti. Todas las fuerzas “vivas” de Honduras –políticas, judiciales, militares y hasta religiosas– han estado de acuerdo: Zelaya había cometido un crimen de lesa patria al querer consultar al pueblo si estaba o no de acuerdo con una reforma de la vieja constitución, impuesta al país tres décadas atrás, que blindaba el poder de la oligarquía hondureña tras la correspondiente farsa electoral.ver más ir a publico.

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