jueves, 17 de diciembre de 2009

DEL TORO EL AJUSTICIAMIENTO DE UN "NO TIPICAL"


Artículo publicado en La Verdad, el Jueves 17-12-2009.
La Zarabanda. José García Martínez.
Del Toro o el ajusticiamiento de un "no-typical".

En el mérito lleva el hombre la penitencia.
Apenas han pasado unas horas desde
su éxito como sabueso arqueológico,
y ya le ha caído el chaparrón
encima al profesor García del
Toro. En esta tierra somos más rápidos para
castigar que para premiar. Se conoce que, sobre
todo en provincias, quien destaca en algo
ya puede prepararse para que, desde los poderes
inoperantes y envidiosos, le manden
a domicilio rayos y centellas. El eslogan dice
que Murcia es una región nada típica. Ignoro
si eso responde a la realidad. De lo que no
hay ninguna duda es de que el profesor García
del Toro es un 'no-typical' como la copa
de un pino. Y en ese pecado lleva el hombre
la penitencia.

Hurgando en los documentos secretos
que se guardan en las cloacas, los doctores
inquisitoriales se han encontrado con la terrible
noticia de que el profesor Del Toro estaba
de baja laboral, mientras iba y venía,
subía y bajaba, predicando en el desierto lo
triste que sería para Murcia que se perdieran
los restos de San Esteban. La enfermedad
que justificaba no poder dar ¡tres horas
de clase a la semana! era una depresión que
le afectaba y que con este cebollazo le afectará
aún más. Me pregunto si esa enfermedad
concreta, que es terrible, se alivia estando
uno metido en su casa, agobiado por
la claustrofobia, omoviendo los pinreles y
respirando el aire fresco. Pues esto último
es lo que el profesor hacía, a pie de obra, en
el arrabal de San Esteban. Y, soportando
el supremo esfuerzo de superar la depresión,
hasta regalaba a la gente bombones
romanos.

Los capitostes de esta endogámica Universidad
nuestra lamentan que la Administración
no los llamara en su día, para que dictaminasen
«con garantías» sobre el hallazgo
moruno. Pues ya podrían haber hecho lo que
hizo el profesor Del Toro sin que lo convocara
nadie: coger la mochila y acercarse a San
Esteban. Se le censura también al atípico que
sus clases universitarias sean eso mismo: atípicas,
o sea divertidas. Parece como si la letra
tuviera que entrarle al alumnos (ya que
no con sangre, porque lo han prohibido), sí
con mucha barba, rollo y prosopopeya. Me
temo que no tardarán demasiado en decirnos
que también es maricón, por esos bigotes
que luce.O que se gasta los escudos del
sueldo en las tragaperras.

¿Cómo podemos ser tan miserables?

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